CINE, TV, LITERATURA, MÚSICA...tu opinión cuenta
Me llamo Rafa Ruiz. Soy guionista e intento ser director de cine. Soy una persona que ha crecido en los 90. Tengo demasiados pensamientos en la cabeza, y quiero compartirlos con vosotros y a la vez conocer los vuestros. El arte se crea entre todos
sábado, 5 de noviembre de 2011
EL BUEN CINE, EN LA PANTALLA PEQUEÑA
Me encanta el cine, pero antes mucho más. Quizás sea por lo que hablaba hace un par de entradas sobre internet, o simplemente que se hace peor cine. O incluso que mi gusto cinematográfico madura (¡!) Yo, el piterpán del cine palomitero. El grupi que se lo tragaba todo con la excusa de evadirse 2 horas a cualquier parte del mundo para disfrutar de una buena historia, de unos buenos personajes... O ni siquiera eso. Ahora la cosa ya no es así.
Con las series de televisión era al revés, para mi el buen entretenimiento se hacía para pantalla grande. Había algunas excepciones (Frasier, Friends, Dream On...), pero no era lo mismo. Ahora no. Gracias a internet, la mayoría de nosotros hemos descubierto un mundo de series que por una u otra razón no estaban a nuestro alcance. Y gracias a eso pude romper una idea predefinida que tenía en mi cabeza: la televisión de los 80 no se reduce a McGiver, Colombo, Jessica Fletcher y Hannibal Smith. Pero sin duda, la calidad de las series en la última década (más o menos) ha aumentado a pasos agigantados. Buena prueba de ello, es la frase "se hace mejor cine en la televisión", que se empieza a escuchar bastante. HBO ya es un sinónimo de calidad cinematográfica, independientemente de que se distribuya en tv. A ver cuando dan el salto al cine, que hay muchos que lo estamos esperando. Las series de ahora se disfrutan como el buen cine de los 70 o de los 90.
La gran ventaja de estas producciones es que no buscan "desesperadamente" atraer a todo tipo de audiencias, como pasa con gran parte de las producciones para pantalla grande. Series como Dexter, True Blood, Los Soprano, Californication, Breaking Bad... donde no escatiman en violencia y sexo, asumen que van dirigidas a un sector específico y consiguen ser adultas y sólidas, porque los guiones son como tienen que ser, no como "deberían" ser. Este hecho también se ha dado en las sitcom, que aunque son más productos más familiares, han subido de tono sus tramas y gags.
Otro aspecto que ha conseguido la fidelización del público hacia las series en la última década es el tratamiento que se le ha dado a los personajes principales. Los antihéroes molan. El cine lo sabía y ahora la tele lo sabe. Además si la audiencia responde, podrán desarrollar el personaje, haciendo que evolucione y consiguiendo que la audiencia evolucione con él. Y lo mismo pasa con los personajes secundarios, que al tener continuidad, ganan interés e incluso en algunas series acaban siendo más interesantes que el propio protagonista.
En los 80 sería impensable que una serie tuviera por protagonista a un asesino en serie, un adicto al sexo, un traficante de metanfetamina o a un doctor que se cree dios. Pero tampoco sin pasarse, que se trata de que la audiencia empatice con el personaje, no que lo aborrezca.
Además de la evolución de los personajes, una serie (ahora entra mi yo guionista) te da pie a poder desarrollar también tramas y subtramas a lo largo de varios capítulos o incluso temporadas (Fringe, Lost...) Si se produce una conjunción de estos dos factores de manera positiva, el espectador siempre querrá más. Para mi el referente por excelencia de esto es 24, una serie en ocasiones infravalorada, pero que pese a ciertas reiteraciones de situaciones o en la estructura de la serie, mantiene un altísimo nivel en sus 8 temporadas. Incluso hay una tv-movie de hora y media, Redemption, que hace de prólogo de la séptima temporada. Esto es a mi parecer lo más flojo de toda la serie, lo que no está mal. Además, Jack Bauer me parece el mejor mártir televisivo que he visto nunca. Seguro que el Pájaro espino no le llega a la suela del zapatos.
Y mientras tanto en España... pues el panorama de ficción televisiva no pinta del todo mal. El boom de las series americanas parece que ha abierto los ojos a más de un avispado productor, y se han hecho series originales, en mayor o menor medida, con mayor o menor fortuna. Ya era hora de que cambiaran un poco el chip. No todo iban a ser series sobre médicos, policías, periodistas o maestros. Ahora tenemos piratas, ninjas en el siglo de oro y vaqueros. Las series españolas tienen que mirar para adelante, y no hacia atrás. Y el claro ejemplo es la versión patria de Cheers. Unos dicen que se está haciendo una reescritura de guiones para cambiar el tono y reenfocar algunos personajes. Otros dicen que está muerta y enterrada. Quizás la tengan en el mismo armario en el que guardan a las mamachicho, y ciertamente, no desentonaría mucho.
Para conocer un poco mi gusto, he creado una lista, con mis series de cabecera. Está abajo del todo
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Sin ninguna duda HBO ha cambiado para mi el concepto de serie, con títulos como Los Soprano y a dos metros bajo tierra, que siendo dos géneros tan distintos consiguen engancharte un capítulo tras otro sin darte cuenta de que pasa el tiempo,incluso con una duración de casi una hora,se hacen cortos.La manera de darte a conocer unos personajes con los que empatizas,pareces conocer e incluso predecir o discutir sus decisiones como si fueran realmente conocidos nuestros,eso es lo que distingue para mi una buena serie de una solo entretenida,algo que ves cuando no tienes nada que hacer, de algo para lo que buscas tiempo donde sea, para ver un capítulo más.
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