Luego están los actores. Yo he sido actor amateur, y tengo muchos amigos actores, o que tratan con ellos, o que han visto alguno una vez... Para ellos, más allá de una buena trama, un buen guión pasa por un buen personaje, que para ellos es un dulce caramelo.
Y los guionistas. Los guionistas somos esas personas que jugamos a ser dioses, riéndonos a vuestras espaldas, sabeedores de que tenemos en nuestras manos el destino de vuestros personajes preferidos. Ahora es cuando nos reímos de forma malévola.
Bueno, pues todo esto viene a cuento de una de mis adiccciones: Fringe. Una serie con algún altibajo, pero de gran nivel en general. Eso si, hay que verla sabiendo un poco lo que vas a encontrar. Es como si el Doctor Frankenstein se hubiera colado en X-files. Ciencia ficción pura y dura, maquillada convenientemente para que luzca real. Muy recomendable.
No es mi intención spoilear Fringe. Dios me libre. Pero a partir de aquí habrá cosas que no deberíais leer si queréis verla desde el principio.
La serie tiene tres personajes principales, excelentes todos ellos. Olivia Dunham (Anna Torv) Walter Bishop (John Noble) Peter Bishop (Joshua Jackson). En la serie, una división del gobierno ha de lidiar con diferentes acontecimientos derivados del descubrimiento de universos paralelos. La serie está empezando su cuarta temporada.
- Olivia es una agente del FBI que de pequeña fue utilizada para experimentos extrasensoriales.
- Walter es un visionario científico que fue recluido en un sanatorio mental.
- Peter es el hijo de este último.
En estos universos paralelos, existen las mismas personas, pero les han pasado otras cosas, o han tomado otras decisiones, lo que hace que sean la misma persona, pero con matices y sentimientos totalmente distintos. Esto hace que los guionistas y actores de la serie tengan rienda suelta para explorar los personajes, sus miedos, sus sueños, sus obsesiones. Las facetas que un personaje tiene ocultas en un universo, en el otro se potencian, haciendo que en cada capítulo veamos todo lo que el personaje podía haber sido, pero sin perder su propia identidad. Eso es lo realmente difícil. No se trata de que en cada universo el personaje sea una persona diferente. Es el mismo, solo ha que tenido que enfrentarse a otros retos, otros problemas que han moldeado su forma de ser, pero reconoces al personaje y a la persona.
Sobra decir, que todo esto no sería verosímil sin la gran labor interpretativa de sus actores. La ciencia ficción en ese aspecto es muy perra. Y sobre todo la ciencia ficción que intenta ser "realista". Me gustaría ver a Marlon Brando hablar del condensador de fluzo con la naturalidad que lo hacía Cristopher Lloyd. Como diría un amigo mío: ¿Estás ahí McFly?
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