Si algo no se le puede negar a Quentin Tarantino es su capacidad de crear la máxima expectación para cada uno de sus nuevos proyectos. Expectación que se traduce en salas de cine llenas (y mira que no es fácil en tiempos de crisis), y lo más difícil todavía, de gente de todo rango de edades. El cineasta norteamericano nacido en Tennessee (estado en el que transcurre parte del film), es un icono de la cultura cinematográfica de los últimos veinte años, que ha elevado al nivel de cine de autor sus obras, collages modernos en los que recicla de forma sublime géneros, recursos y actores surgidos de (en ocasiones) efímeras modas de décadas pasadas. Y es que pocos directores tienen el bagaje audiovisual como espectador que Tarantino posee, fruto de muchos años como dependiente de videoclub. Pero quizás el paso de los años y su cambio de estatus (de mordaz realizador y guionista a cineasta de culto) le hayan pasado factura. Dentro de todo director de cine habitan un Dr. Jekyll y un Mr. Hyde. El primero vela por la unidad del conjunto y reprime la voluntad del segundo de hacer lo que le venga en gana. Tarantino nos entrega con Django Desencadenado, un claro ejemplo de la lucha entre sus dos yos, en un film con un primer acto muy potente que se desinfla a lo largo de sus ciento sesenta y cinco minutos de metraje hasta llegar a un desenlace que parece repetirse y no terminar nunca. Eso si, no hay que quitarle a Tarantino el mérito de que una película tan larga no se haga aburrida en ningún momento. Los diálogos son muy buenos, pero no están a la altura en subtexto o ingenio, a joyas del séptimo arte como Pulp Fiction o Jackie Brown. Hay más cine en la secuencia de apertura de Malditos Bastardos que en todo Django. Quentin Tarantino repite la fórmula que le lleva dando éxito desde Kill Bill: coger un género olvidado, redefinirlo y ponerle su guinda, pero esta vez algo falla. En parte puede ser por esa expectación de la que hablaba al principio, pero analizando detenidamente la película descubrimos que no es la única razón.
REPARTO Y PERSONAJES
Allá por finales de 2011 cuando se ultimaba el reparto de Django Unchained, fueron muchos los nombre que sonaron para encabezarlo. Algunos de aquellos nombres (Kevin Costner, Kurt Russell, Sascha Baron Cohen o Joseph Gordon-Levitt se) se cayeron por el camino. Los restantes son los que hoy lo protagonizan.
- Christoph Waltz es el Dr. King Schultz
El intérprete austríaco vuelve a deleitarnos tras Malditos Bastardos con otra magnífica interpretación, pero esta vez en el polo opuesto del Coronel Landa. El Dr. Schultz es un elegante dentista de origen alemán reconvertido en cazarrecompensas, un bonito símil de lo que los Estados Unidos de aquella época significaba el sueño americano. Aborrecedor de la esclavitud, en parte se aprovecha de la condición de esclavo de Django para que le ayude con su misión. Después, le ayudará a encontrar y liberar a su esposa.
- Jamie Foxx es Django Freeman
El polifacético Jamie Foxx se alzó con el papel de Django por delante de actores de la talla de Will Smith o el cada vez más conocido Idris Elba. Django es un esclavo liberado de sus negreros por un cazarrecompensas que le promete la libertad a cambio de que le ayude a encontrar a unos fugitivos a los que no conoce, pero Django si. Pero lo que de verdad ansía el protagonista, incluso por encima de su libertad, es encontrar a su mujer Broomhilda, a la que ve de forma recurrente en su cabeza, que le da fuerzas para seguir adelante. Poco a poco, Django se va dejando inundar por el sentimiento de odio hacia todos aquellos que durante los años han oprimido a su raza. Django aprende de lo que ve. El antagonista del relato lo define como el negro excepcional, uno entre diez mil.
- Leonardo DiCaprio es Calvin Candie
Si exceptuamos a Frank Abagnale Jr., el joven estafador al que interpreta en Atrápame si puedes de Steven Spielberg, 2002, este es el primer papel de villano que aborda DiCaprio. Un orgulloso terrateniente educado en la creencia de la superioridad de la raza blanca, como la mayoría de norteamericanos en aquella época. A destacar la relación que mantiene Candie con su criado doméstico Stephen, brillantemente encarnado por Samuel L. Jackson, al que no trata como un igual, pero con el que muestra cierta empatía y familiaridad muy difíciles de conseguir dados los rasgos de su personaje. Un dato curioso es que DiCaprio era el actor que debería haber dado vida al Coronel Landa en Malditos Bastardos, papel que al final recayó en Christoph Waltz. Todo un acierto finalmente.
- Samuel L. Jackson es Stephen
Aunque la labor actoral de Django Desencadenado es gratamente destacable, por encima de todos brilla con especial gracia y quizás en el papel más difícil de todos, Samuel L. Jackson, encarnando al criado Stephen. Muchos echamos de menos una nominación al Oscar para este camaleónico actor que lleva en pantalla desde los tiempos de El príncipe de Zahamunda de John Landis, 1988. El de Stephen es un papel difícil porque es un negro que trata a los esclavos como los tratan los blancos y que siente un especial afecto por su amo.
Completan el reparto Kerry Washington en el papel de Broomhilda, esposa de Django, un irreconocible Don Johnson, caracterizado como Big Daddy, un sureño dueño de una plantación de algodón. Y en papeles meramente testimoniales Bruce Dern, Jonah Hill y Franco Nero (Django original de los westerns de finales de los 60). Destacar también la aparición del televisivo James Remar (Harry Morgan, padre de Dexter) en un doble rol secundario.
Si como comentaba anteriormente el trabajo del director y los actores en las interpretaciones es muy completo e intenso, se echa en falta algo más de profundidad en las motivaciones de los personajes. Si exceptuamos a Django, ninguno de los personajes sufre evolución alguna durante el film. Incluso la de Django está un poco cogida por los pelos. En resumen, todos muy planitos.
LA PELÍCULA
DJANGO DESENCADENADO, de principio a fin.INVENTANDO EL SOUTHERN: CAZARRECOMPENSAS, NEGREROS y PELEAS DE MANDINGOS.
El prólogo de Django Unchained se encadena con los créditos de la película a ritmo de Luis Bacalov. Unos negreros cruzan los típicos parajes del western norteamericano llevando una ristra de esclavos. En ellos, Tarantino ya utiliza los zooms ultrarápidos, que han envejecido mal, para remarcar expresiones de los personajes. Su uso es constante durante toda la película. Todos son zoom in, excepto el que presenta a la caravana del personaje de Christoph Waltz y otro con una impertinencia de Django, que son zoom out. Todo desemboca en la secuencia inicial del film, en la que el Dr. Schultz, tras comprobar que Django conoce a los hermanos Brittle, los forajidos a los que busca, libera al protagonista junto con el resto de los esclavos. Cuando Django se quita la manta que lo cubre, una vez desencadenado, el director utiliza un ralentizado, para enfatizar la liberación del yugo opresor.
Django y el doctor harán una breve parada en un pueblo en el que la gente se escandaliza al ver un negro montado a caballo. Mientras cabalga, su cabeza pasa por delante de una horca, genial detalle de Tarantino, que también se permite intimar mediante la cámara con los orígenes del personaje de Christoph Waltz al dedicarle una sucesión de planos detalle mientras tira unas cañas de cerveza. Schultz le propone a Django un trato: Si le ayuda a dar con los forajidos que busca, le dará la libertad. La secuencia se resuelve con la muerte del sheriff del pueblo a manos del cazarrecompensas, ayudando a remarcar su carácter frío y decidido a la hora de matar, pero también su afán de justicia (siempre con ánimo de lucro), ya que el sheriff resulta ser un bandido buscado por la ley. Se podría decir que en esta segunda secuencia, es el propio Tarantino en la piel de King Schultz disparándole al agente que marca las pautas del género, preparándonos para afrontar su particular visión del cine de vaqueros. En la siguiente escena descubrimos que Django está casado. Vemos a su mujer a través de un plano onírico que no se bien que pinta ahí.
Tarantino pone a Django a la altura de Schultz a través de una comparación realizada a través de la música de Luis Bacalov, cuando Django comienza a colaborar con el doctor alemán como cazarrecompensas. La pareja protagonista llega a la plantación de Spencer Bennett, donde encuentran a los hermanos Brittle, donde Django se tomará su vendetta personal con los que fueran sus capataces en el pasado. La muerte de tres blancos a manos de un negro da pié a una secuencia cómica en la que aparece el Ku-Klux Klan.
La fotografía en las secuencias de los flashbacks es horrible a mi modo de ver. No pega con la del resto de la película. La única justificación que encuentro es que intente evocar a la fotografía de los westerns de los que bebe Django Desencadenado.
Una vez cobrada la prima por sus cabezas, Django y Schultz acuerdan aliarse durante el invierno, reuniendo dinero para poder buscar y liberar a Broomhilda. El primer acto acaba cuando descubren quien es el dueño de la esposa de Django: Calvin Candie.
El nudo de la película comienza con los protagonistas llegando al club Cleopatra, en el que se celebran peleas de mandingos (esclavos negros). Uno de los que en ellas apuesta es el susodicho Candie. Schultz se hace pasar por un rico alemán interesado en introducirse en el mundo de las peleas y comprar (por una disparatada cantidad de dinero) uno de los mandingos de Candie. Django se hace pasar por su asesor. Candie está viendo una pelea cuando los protagonistas entran en la sala. Candie, aunque habla con Schultz, no aparta la mirada del combate hasta que el alemán reconoce que las peleas de mandingos le parecen divertidas. La pelea continúa y todos le prestan atención, excepto Django, que de espaldas toma un trago en la barra.
De vuelta a Candyland, Calvin Candie muestra su cara más salvaje al echar a un esclavo a los perros. Al llegar a la plantación los protagonistas conocen a Stephen, el esclavo doméstico de Candie, que reacciona con escepticismo e ira ante la idea de que Django sea un hombre libre. Durante la cena, Stephen desconfía de las intenciones de Schultz y Django y se lo dice a Candie, que los presiona hasta averiguar su verdadero propósito. El segundo acto finaliza con un gran tiroteo que funciona como anticlímax (que en ocasiones recuerda a la secuencia de los maníacos de Kill Bill versión western, cambiando katanas por revólveres), del que sólo salen vivos, de los personajes principales, Django y Stephen.
Venden a Django, pero este consigue escapar y vuelve para terminar el trabajo. Rescata a Broomhilda y, vestido con las ropas del difunto Candie, ejecuta a los que vuelven de su funeral, dejando a Stephen para el final. Django enciende la mecha de un cartucho de dinamita y hace saltar por los aires Candyland y así Tarantino los cimientos del western. La película acaba con un flashback en el que King Schultz bautiza a Django como el revólver más rápido del sur.
Con una historia principal muy plana y sin subtramas que la enriquezcan o que aporten profundidad al discurso, Django Desencadenado se revela como un épico entretenimiento en vez de rebelarse como una de las mejores películas del año y de la filmografía de Tarantino, que nos entrega en plena madurez creativa una de sus cintas más irregulares. Django alcanza por momentos la brillantez de algunas de las anteriores películas del director, pero también cuenta con secuencias que poco o nada aportan al desarrollo de la trama, como en la que Django practica puntería con un muñeco de nieve (porque si está ahí simplemente para justificar que el protagonista es un buen tirador, me parece nefasta, ya que con anterioridad le ha acertado a un blanco en movimiento a 100 metros de distancia) o que simplemente intentan hacernos comprender actitudes en ocasiones inverosímiles de sus protagonistas. Incluso Tarantino crea expectativas alrededor del personaje de una mujer que después no va a más. Hay secundarios que son simples marionetas, como ña hermana de Calvin. Un verdadero despropósito.
A pesar de lo que muchos puedan pensar, Tarantino no se ceba con las imágenes violentas ni es demasiado explícito, aún teniendo a su disposición multitud de secuencias que podían ser propicias para ello. La película peca de larga, los diálogos no tienen la chispa habituales en el cineasta e incluso es menos divertida de lo esperado.
Hay que dar la enhorabuena a J. Michael Riva, Page Buckner y Sharen Davis, responsables respectivamente del diseño de producción, la decoración artística y el vestuario de la película, que son magníficos.
LA MÚSICA DE DJANGO
Como en cualquier película de Tarantino, la banda sonora es inmejorable. En ella conviven temas dispares que consiguen integrarse a la perfección en la película. Desde el Ain´t no grave de Johnny Cash hasta retales de bandas sonoras creadas por Ennio Morricone y Luis Bacalov para diversos spaghetti westerns de los sesenta. También se permite hacer un particular guiño al insertar la canción Unchained (The Payback/Untouchable) de James Brown y el difunto rapero 2Pac. Echo de menos la canción Chain gang de Sam Cooke, pero eso ya es cuestión de gustos.
Os dejo los vídeos de mis tres temas preferidos de la banda sonora.
Veamos, estoy cien por cien de acuerdo contigo. A tarantino siempre le ha molado sacar del armario viejos estilos, viejos actores, lo cual siempre nos ha encantado pero en esta se ha quedado corto, le falta espiritu.
ResponderEliminarYo no puedo opinar tecnicamente sobre aspectos como luz, zooms etc, pero si te puedo decir que estoy totalmente de acuerdo contigo en que a los personajes les falta una vuelta de rosca mas, nose echo de menos ese toque épico que le pone a los personajes, como a jackie o a Beatriz Kidol. Dyango no me llega con esa fuerza, tiene una intención, un fin, salvar a su amada, pero no lo llego a sentir con mucha fuerza.
Lo que parece que va a ser un camino dificil (encontrar a los hermanos, pasar el invierno trabajando con el aleman)lo soluciona con una canción y un "pasado el invierno...", nose eso me dejo un poco fria, a partir de ahí pasa lo que dices tu un final alargado, que parece que no acaba nunca.
Pero tengo que decir que el toque gore y manga que le da a la sangre me encanta, es como si tarantino evolucionase y esos detalles de peliculas pasadas las quisiese mantener aunque no tenga nada que ver, como el rap de negrata, nose son detalles de genialidad!!
Aunque tengo claro que debería bajarse de la parra, volverse a su videoclub y hacer otra obra maestra de las suyas :D
Creo que es el mejor epílogo posible para el artículo, muchas gracias Lara. ;)
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