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Me llamo Rafa Ruiz. Soy guionista e intento ser director de cine. Soy una persona que ha crecido en los 90. Tengo demasiados pensamientos en la cabeza, y quiero compartirlos con vosotros y a la vez conocer los vuestros. El arte se crea entre todos

viernes, 11 de noviembre de 2011

EL ACTOR QUE LLEVAS DENTRO

Una de las cosas más importantes a la hora de que una película gane credibilidad a los ojos del espectador, es la labor de sus actores. Unas malas actuaciones nos sacarán de la película por muy bueno que sea el guión, y las buenas, conseguirán captar nuestro interés aunque la trama decaiga. 
Ser buen actor es difícil. Aparte de una buena preparación, creo que se necesita un talento innato que no se puede conseguir por mucha dedicación que se ponga. Un actor es una persona que ha de expresar sentimientos muy profundos delante de gente desconocida cada vez que se sube a un escenario o cada vez que se pone delante de una cámara. Superar ese paso, es para mi sin duda uno de los momentos más difíciles en la carrera de un actor, después, todo será un poco más fácil.
Porque al fin y al cabo, todos hemos sido actores alguna vez. ¿Quién no ha mentido alguna vez en una situación comprometida? A mayor o menor nivel, todos llevamos dentro a un actor que está esperando que le dejemos salir. El talento innato del que os hablaba antes, para mi es la diferencia entre una buena actuación y una del montón. Y actores del montón, podemos serlo todos.
Para empezar, debemos tener claro que lo que trabaja un actor son actitudes, no emociones. Las emociones están ahí pero no se pueden trabajar. Las emociones principales son: Amor, miedo, rabia y tristeza. Éstas aflorarán solas si se trabaja correctamente la actitud del personaje.
Las actitudes corporales que el actor puede adoptar son:
Ataque (ira), defensa, amenaza, intimidar, sorpresa, asombro, incredulidad, burla, alegría, seducción, confidencia, convicción, ironía, cuento (imaginación), desafío, asco, lamento, desidia, orgullo, transmitir información de forma neutral, sarcasmo y recuerdo.

Para  trabajarlas adecuadamente, es fundamental saber cuatro cosas elementales acerca de nuestro personaje:

- ¿Quién soy?
- ¿Qué me rodea?
- ¿Cuál es mi objetivo?
- ¿Qué hago para conseguirlo?

Darle respuesta a estas preguntas es sencillo, lo difícil es interiorizarlas y sentirlas como propias. Ahí es dónde reside el trabajo de un buen actor. Cualquier personaje persigue un objetivo. Solo bajo depresión, catatonia o mientras se duerme se carece de él. Todo objetivo conlleva una motivación.
A la hora de trabajar un personaje, el actor tiene dos herramientas básicas: La biografía (información explicativa) y las características del personaje (información ejecutiva)
Otra buena pauta para conseguir una buena actuación, es que el intérprete conozca el conflicto de su personaje, que puede ser un conflicto entre dos seres vivos, un conflicto entre ser vivo y medio ambiente o un conflicto de un ser vivo consigo mismo. Este último, en mi opinión, el más difícil para el actor.


4 comentarios:

  1. me gusto mucho, creo que te expresas con mucha facilidad y es fácil entenderte, y como actor frustrado te tengo que dar la razón es muy difícil conseguir una actuación creíble.

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  2. Muchas gracias por dejar tu opinión PAU! que pienses así es una motivación extra para seguir con el blog!!
    Yo también he sido actor amateur y se lo difícil que es!!

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  3. Me parecen bien esas pautas básicas, pero profundizando, para que haya VERDAD y transmitirla no sólo es necesario tener un objetivo, además de todo lo que puedas hacer para conseguirlo, como la vida misma, pasas por un sinfín de sentimientos sin perder tu objetivo en la realidad, igual tendría que ser en la ficción para ofrecer esos matices que le dan credibilidad al personaje. En un mismo día podemos pasar de la ira a la alegría pasando por la tristeza y sin perder el objetivo. No hay que olvidar lo que el personaje siente más allá de la idea que tenga en su cabeza. Eso es lo que enriquece la actuación y como espectador puedo ver claramente cuando pasa y cuando no. Por desgracia nos estamos acostumbrando a ver demasiadas malas actuaciones, pero también malos guiones donde el actor no puede expresar más esa evolución de sentimientos.

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  4. David Boo Corral.

    Cuántas verdades... yo creo que nunca he visto un actor tan bueno como Bryan Cranston, ese tio te hace vivir lo que ves como si realmente estuvieses allí, me impresiona un montón su aptitud para actuar.

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