Ya sabéis que yo no soy de criticar, es más, siempre suelo ver el lado bueno de las películas, consciente del esfuerzo que entraña sacar una adelante. Por otro lado, soy consciente de que hasta el mejor de los directores de cine puede tener uno (o varios tropezones) dentro de una carrera brillante (por ejemplo Ridley Scott, al que tarde o temprano dedicaré una entrada), pero sin embargo, más raro es el caso opuesto, en el que se encuentra una película brillante dentro de una carrera llena de tropezones. El director en cuestión es el británico
Paul W.S. Anderson, conocido por películas como
Mortal Kombat, Resident Evil (1, 2, 3) y
Alien vs Predator. Y quizás exageraba un poco antes poniendo a su tercera película,
Horizonte Final (1997)
, la calificación de brillante, pero es que viendo el resto, diría que es una obra maestra. Sin ánimo de destripar demasiado su argumento (una mezcla entre
Alien y una película de mansiones encantadas) diré que trata de una una nave de rescate que tiene que explorar otra nave, extraviada hace años, que ha aparecido de repente. Sin ser este argumento excesivamente original o rebuscado, es de largo, el mejor en una película de este individuo. Director. Lo que sea.
Sam Neill y
Laurence Fishburne encabezan el reparto de esta muy recomendable película de terror futurista.

Y toda esta ola de rabia y odio repentino hacia el pobre
Paul W.S. Anderson (que sigue trabajando en Hollywood, cosa que yo no hago), no es por que esté casado con
Milla Jovovich, musa de casi todas sus obras a partir del 2002, si no porque recientemente he visto su adaptación de
Los tres mosqueteros, en 3D como no, y creo que me ha dado pena. En algunos momentos llega a resultar entretenida y las peleas de los mosqueteros están bien rodadas, pero eso es todo. El resto son chistes facilones, o cliches de toda la vida, mensajes morales trillados o personajes que necesitan las 3 dimensiones más que las escenas de acción. No me meto ya en el tema de los barcos voladores, de actores decentes como
Christoph Waltz,
Ray Stevenson,
Orlando Bloom o la ahora incipiente
Juno Temple reducidos a la mínima expresión. Una lástima que haya miles de jóvenes cineastas en todo el mundo que pondrían más interés y originalidad en este tipo de proyectos. Aunque como diría
Torrente "la culpa es de los estudios, que los contratan como a putas..." ... o algo así era creo recordar. Pero habrá quien opine lo contrario y le gusten las películas (del que de aquí en adelante y en futuras entradas llamaré
miamigoPaul) de
miamigoPaul. Les invito a darnos su opinión. Con esto me despido hasta pronto. Os dejo con el cartel de semejante aberración. Bien grande, para que sea casi como en 3D.
Vuelvo con fuerzas y combativo. Mi siguiente paso será resucitar a
Alejandro Dumas para que se encargue de
Paul W.S. Anderson por mi.
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