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Me llamo Rafa Ruiz. Soy guionista e intento ser director de cine. Soy una persona que ha crecido en los 90. Tengo demasiados pensamientos en la cabeza, y quiero compartirlos con vosotros y a la vez conocer los vuestros. El arte se crea entre todos

miércoles, 16 de enero de 2013

SKYFALL : JAMES BOND RISES



Fue toda una declaración de intenciones cuando los productores de Skyfall contrataron a un reputado cineasta como Sam Mendes (responsable entre otras de las espléndidas American beauty y Camino a la Perdición) para que se hiciera cargo de la última película de James Bond. Desde la contratación de Daniel Craig para interpretar al más famoso agente secreto al servicio de su majestad en 2006, la saga ha tomado un toque más realista sin gadgets imposibles y con peleas más duras y sucias. Un Bond menos flemático que siente, sufre y se despeina. Pero Skyfall es todo eso y más. Es una vuelta a los orígenes de la saga y del personaje, que indaga en la orfandad de Bond y que lo devuelve a un mundo en el que parece estar obsoleto. Bond es en este film un viejo vaquero en un mundo que le sobrepasa. Es ahí cuando surge el personaje de Bardem, un James Bond distorsionado, al que han traicionado y que guarda un gran rencor contra los que antaño fueran sus jefes.

LOS BOND DE DANIEL CRAIG
Aunque soy un gran admirador de Casino Royale y de Martin Campbell (que con sus más y con sus menos, me parece un gran director de películas de acción y aventuras), Skyfall le gana el pulso. La última entrega de la saga de 007 es más madura que cualquiera de sus predecesoras. Sin necesidad de grandes artificios hace que los personajes sean creíbles y tridimensionales, movidos por motivaciones primarias, sin  caer en errores megalómanos del pasado. Martin Campbell (Goldeneye, La máscara del Zorro, Green Lantern...) fue el nexo entre lo que Bond había sido y lo que iba a llegar a ser. Un dato interesante es que fue Goldeneye la primera película en la que aparece el personaje de M (jefe del servicio de inteligencia británico) encarnado en una mujer, Judi Dench, que la ha interpretado el resto de las películas hasta la actualidad . El mundo nunca es suficiente, es la única película en la que su personaje es tan relevante como en Skyfall.
Quantum of Solace, ha sido la más floja de las tres películas de Daniel Craig como James Bond. La historia empieza inmediatamente después de como acaba Casino Royale, y son sus treinta primeros minutos lo mejor de una película que navega a la deriva durante otra hora y media para acabar naufragando. Lo más destacable es su montaje. Su director Marc Forster (Descubriendo nunca jamás, Monsterball, Más extraño que la ficción) muy capáz en dramas íntimos, no hizo un gran trabajo al frente de una gran producción de Hollywood y fue bastante cuestionado. Ahora va a estrenar Guerra Mundial Z, película de zombies con Brad Pitt, que ha tenido que realizar mes y medio extra de rodaje para solucionar problemas de ritmo y para darle más profundidad a ciertos personajes secundarios. Aunque esto no sea nunca una buena señal, espero que se redima y demuestre que puede tomar la batuta de una película de gran presupuesto.
En Skyfall, Daniel Craig nos brinda su interpretación de Bond más serena, contenida y emotiva, pero sin olvidar las señas de identidad del personaje.
Esta "trilogía" de Bond, con Daniel Craig al frente tiene bastantes similitudes con la trilogía del Caballero Oscuro de Chris Noaln. Algunos me diréis que estoy obsesionado con Batman y que veo murciélagos por doquier. Puede ser, pero nadie puede negar que la personalidad de ambos está marcada por la trágica muerte de sus padres cuando todavía eran unos infantes. Ambos fueron adiestrados (uno por el MI6 y otro por la Liga de las Sombras) para llegar a ser lo que son. Tanto Bruce Wayne como James Bond han perdido a un ser querido, lo que los ha hecho fríos y atormentados. En la última entrega mueren y resurgen. Y sobre todo, para mi han sido las dos superproducciones del año, muy por encima de El hobbit, Prometheus, Los vengadores y The amazing Spiderman en lo que se refiere a calidad cinematográfica, ya que todos son productos de entretenimiento de primer nivel.

LA PELÍCULA



SKYFALL, de principio a fin.
LA REINVENCIÓN DE LA REINVENCIÓN: VUELTA A LOS ORÍGENES
Se apagan las luces de la sala y en la pantalla vemos un ojo que poco a poco se hace más grande hasta dar paso al mítico logo del león de la desaparecida Metro Golgwyn Mayer. El rugido del animal hace que a algunos se nos ponga la piel de gallina. Un plano desenfocado en el que aparece una silueta a contraluz. Unas leves notas de viento metal del leitmotiv de 007 nos desvelan la identidad de la figura, que camina hacia la cámara hasta quedar en un primer plano, aunque debido a la iluminación, solo le vemos los ojos, el resto de su cara sigue en penumbra. Así empieza Skyfall. Éste es el plano que sustituye al mítico cañón de pistola con el agente británico al fondo desenfundando más rápido que el oponente, tiñendo la pantalla de rojo. Y quizás porque esta vez, en la accion piece inicial, James es el que acaba herido y dado por muerto. Pero vayamos por orden. James llega a un piso franco, en busca de un disco duro (muy similar a la lista noc de mission impossible I, aunque aquella se encontraba en un disquette)  que contiene el nombre de los agentes infiltrados del MI6 a lo largo del mundo. M supervisa la operación al otro lado de comunicador. Cuando Bond entra, encuentra a un compañero que ha sido atacado. Bond intenta salvarlo, pero es la propia M la que le dice que lo deje, que lo importante es recuperar el disco duro. Bond obedece a su pesar. Un detalle de guión muy interesante que resume muy bien el tema principal del argumento de la película.
Bond sale del edificio y se reune con otro de los operativos, una mujer llamada Eve (Naomi Harris). A partir de aquí, persecución en coche, tiroteo, persecución en moto, Bond perforando un tren con una excavadora, persecución coche-tren, que acaba con Bond en el techo del susodicho tren, peleando con la persona que ha robado la lista. Eve está apuntándoles con un rifle, pero el movimiento de los hombres hace que no pueda disparar al ladrón sin poner en peligro a Bond. M le presiona para que dispare, que el disco duro es lo más importante. Eve duda y M le ordena disparar. Bond lo escucha todo. Eve dispara y falla. Bond es abatido y cae del tren al río.
Empiezan los créditos. También los mejores de cualquiera de las útimas 15 películas de la saga. Los de Casino Royale también eran muy buenos, pero es que estos son una maravilla. La muerte y las dualidades son sus temas principales. Una síntesis metafórica de la película de cabo a rabo. Sin restarle importancia al tema de Adele, Skyfall, serio candidato al Oscar en mejor canción original. Así termina el prólogo.

El primer acto de la película comienza con M escribiendo el obituario del fallecido Bond. A la mañana siguiente, M acude a una reunión con su superior, Mallory (Ralph Fiennes). La entrevista empieza con planos laterales, mientras Mallory somete a M a una batería de preguntas acerca de la operación fallida. Los planos laterales ayudan a resaltar la incomodidad de dicha conversación. Cuando Mallory le dice a M que va a haber un traspaso de poderes y que ella va a tener que jubilarse . Entonces los planos pasan a ser frontales, remarcando la importancia de ese hecho, mostrando los rostros de los personajes en su totalidad. Al regresar de esta reunión, M ve en primera persona como el MI6 es atacado.
De ahí, pasamos a Bond, que vive su limbo particular en alguna isla desierta, donde sobrevive a base de alcohol, sexo y calmantes, pero que no es capaz de huir de su adicción más poderosa: la adrenalina que le proporciona su trabajo. Es entonces cuando se entera de lo sucedido en el MI6, y decide volver de la tumba.
En su retorno a Londres tiene un cara a cara con M, en el que le reprocha la decisión que tomó al ordenar el disparo que acabó con él en el fondo del río, pero acaba comprendiendo la acción de M, ya que muy probablemente hubiera sido la que el mismo hubiera tomado.
Para volver al servicio, Bond ha de pasar unas pruebas físicas y psicológicas en la nueva sede del MI6, un edificio antiguo de la época de la segunda guerra mundial. Una referencia más de las muchas que encontramos en este primer acto a la vejez. En las pruebas vemos a un 007 agotado, tanto física como anímicamente. Un distorsionado reflejo de lo que fue. Los planos enteros de Bond a contraluz son constantes, pero brillantemente utilizados por Sam Mendes durante toda la película, para ahondar en la idea de que Bond ya no es lo que era, y más adelante para enfatizar esas sombras, de donde él y el villano proceden. Después de las pruebas, Bond tiene una reunión con M y  Mallory, en la que este último muestra su descontento con la decisión de M de reincorporarlo al servicio. Mallory le dice a Bond todo lo que el propio Bond piensa de el mismo.
Después de que M le ponga tras la pista del ladrón del disco duro, Bond visita a su nuevo intendente Q (Ben Wishaw). La reunión tiene lugar en un museo (otra referencia a lo obsoleto que se encuentra Bond) dónde mantienen un interesante diálogo en torno a la vejez y las nuevas generaciones. El nuevo Q, es un cerebrito de aspecto hipster, al que 007 no parece tomarse muy en serio. Q le entrega un arma y una radio, no sin antes soltar un chascarrillo sobre bolígrafos explosivos. Hasta aquí el primer acto.

El segundo comienza Bond en ShanGhai, vigilando al ladrón del disco duro, al que sigue hasta un edificio de oficinas. El hombre resulta ser un mercenario que contratado por Silva (Javier Bardem), el villano de la función. Todo ello en una secuencia sin diálogo, con mucha tensión y un excelente juego de iluminación fría que culmina en una pelea cuerpo a cuerpo a contraluz entre Bond y el ladrón del disco duro al que Bond acaba tirando desde una ventana sin conseguir ninguna información.
La pista del ladrón lleva a 007 a un casino de Macau, dónde acompañado por Eve, conseguirá la información decisiva para llegar hasta Silva. Bond llega al casino en una barca que entra por la boca de unos gigantescos dragones decorativos, en una clara referencia a que se está metiendo en la boca del lobo. La secuencia del casino, que comienza con un plano secuencia que lo recorre por dentro en el que se entrelazan Eve y Bond, culmina con una pelea con lagartos de Komodo incluidos. En el casino, Bond conoce a Sévérine (Bernice Marlohe), con la que mantiene una conversación con el propósito de que lo lleve ante su jefe.

Silva se esconde en una isla abandonada, referencia al abandono sufrido por Silva, otro agente 00, cuando M lo entregó a los chinos a cambio de otros agentes capturados. La primera aparición de Bardem es magistral. Bond está atado a una silla, de riguroso negro. Al fondo, multitud de mesas con ordenadores crean un punto de fuga hasta el final de la estancia, guiando nuestra mirada hacia un ascensor que baja. De él sale Silva, con una chaqueta blanca, que comienza a caminar hacia James hablándole de cómo su abuela consiguió librarse de la plaga de ratas que sufrió la isla en la que vivía. La secuencia es espectacular. Silva acaba intimidando a Bond de manera homoerótica. Ellos son las últimas ratas de la isla. O se comen la una a la otra, o se comen al resto. Pero lo que diferencia a James de Silva, por muchas similitudes que tengan, es que Bond es un patriota y consecuente. Sabe cual es su trabajo y los riesgos que asume. Como lo dice M: "Sabes cuales son las reglas, llevas mucho tiempo en el juego".
007 avisa a los refuerzos y Silva es detenido, lo que da paso a una de las secuencias más memorables de la película. El cara a cara de M con Silva, con Bond siendo testigo de el. Silva relata como después de guardar los secretos del MI6 tras muchas torturas intentó suicidarse y no lo consiguió. Entonces Silva se quita una prótesis dental que deja ver su verdadero rostro. Un rostro deformado por el cianuro que no consiguió matarle. Silva se siente traicionado por M y muy dolido, aunque parece tranquilo en exceso. Mientras Q y Bond intentan descifrar el ordenador de Silva, M acude a una vista oral ante la ministra de interior británica para responder por la filtración de los primeros nombres del la lista robada por Silva. Todo confluye en una secuencia con montaje paralelo que alterna la fuga de Silva, el juicio de M y a Bond intentando evitar que el villano consiga llegar hasta M cuyo momento álgido es cuando M expone la defensa de sus decisiones, mientras Bond intenta llegar a ella. Silva está a punto de matar a M, pero Mallory lo impide. La relación materno-filial entre M y Silva se refleja en la mirada que le dedica el personaje interpretado por Bardem al interpretado por Dench. Entonces llega Bond, a tiempo para salvarla, haciendo huír a Silva, y dejándole claro a la Ministra, que el MI6 no es para nada un servicio obsoleto en un mundo que le queda muy grande, al igual que Bond, que puede estar más viejo, magullado y atormentado, pero que sigue con la vitalidad y las ganas del primer día. Bond huye con M, con el objetivo de que Silva vaya tras ellos.

Y comienza el acto final de la película con Bond y M llegando a las Highlands escocesas, lugar de residencia de Bond durante su infancia, mansión de sus padres, llamada Skyfall. En el último tramo del film es dónde descubrimos los verdaderos orígenes de Bond. En el viejo caserón encuentran a Kincade (Albert Finney) guardián de la finca y lo más parecido a una figura paterna que tuvo Bond tras quedar huérfano. Tras una secuencia de acción final menos grandilocuente de lo que nos tienen acostumbrado, Thiago Rodríguez (verdadero nombre de Silva) incendia la mansión  y da por muerto a 007, hundido en un lago helado. Silva persigue a M hasta la capilla donde están enterrados los padres de Bond. Silva y M nos brindan una emotiva escena final, en la que ambos mueren. Silva, evidentemente, a manos de 007. "Ya sólo queda una rata", sentencia Bond al cadáver de Silva. La figura maternal de M (tanto para Silva, como para Bond), muere en el mismo sitio en el que yacen Andrew y Monique Bond.

El epílogo de la película nos desvela que Eve, es realmente la señorita Monneypenny, una habitual de la saga, ayudante personal de M. Y tras la muerte de Emma, el M interpretado por Judi Dench, ¿quién será el encargado de retomar el personaje de jefe de James Bond? Pues evidentemente Ralph Fiennes (Mallory), quienes muchos creían que acabaría interpretando al nuevo Erns Stavro Bofeld, antagonista mítico y recurrente de 007 en sus inicios. Quién sabe, quizás para la próxima...







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