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Me llamo Rafa Ruiz. Soy guionista e intento ser director de cine. Soy una persona que ha crecido en los 90. Tengo demasiados pensamientos en la cabeza, y quiero compartirlos con vosotros y a la vez conocer los vuestros. El arte se crea entre todos

domingo, 10 de junio de 2012

LA OTRA MIRADA (III) : LLÁMALO X, por ALEX IZMAN

El cine es mi mujer y mis hijos, es la sangre de mi cuerpo y las conexiones de mi mente. Es aire, es agua y es el fuego que me enciende los sentidos. Es la obligación persistente de buscar historias, de intentar contarlas lo mejor posible. Es un viaje de no retorno al país de Nunca Jamás, donde el niño se niega a crecer, mientras juega a transformar sueños abstractos en realidades palpables… Tienes un plano, diez, veinte. De acuerdo, júntalos. Ahora tienes uno solo. El cine es magia. 
Al contrario de lo que cabría esperar, Nunca Jamás no es un lugar agradable para vivir. Se presenta como un páramo infinito habitado por esos niños, que sin serlo, se sienten huérfanos. Las ideas de historias aún por contar sobrevuelan sus cabezas mientras ellos intentan darles caza, víctimas de un instinto primitivo. Repartidas por el terreno hay estatuas que prometen el conocimiento de mejores estructuras y el material para convertirlas en imágenes. Los pequeños, imantados por ellas, depositan el dinero que tienen, esperando inútilmente recibir lo que les fue prometido. Cuando descubren que han sido engañados llega el llanto, y con él una sensación de soledad que borra las pisadas nada más hacerlas. Las lágrimas, al caer, quebrantan la tierra para grabar en ella siempre la misma palabra: frustración. Y la oscuridad parece no tener fin, y la luz tan solo es un destello proveniente de un faro, que ilumina un instante cada trece segundos, y siempre permanece a la misma distancia, se camine lo que se camine hacia él. Lo suficientemente cerca como para parecer alcanzable. Lo suficientemente lejos para no llegar a él jamás.

En su interior la esperanza mantiene una lucha eterna con la sombra del destino, y son trece los segundos que tarda en abrirse paso y asomar su luz, antes de volver a ser arrastrada al interior, formando el bucle de la vida. En algún punto del páramo los niños han cazado una idea. Se oye un grito de victoria a la par que las estatuas comienzan a desquebrajarse y las frustraciones grabadas en la tierra por las lágrimas se evaporan… Tienes un soñador, diez, veinte. De acuerdo, júntalos. Ahora comparten un mismo sueño. En equipo es la única forma de hacer cine. Esa es la auténtica magia.  

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