Cuando está bien son: éticos, idealistas, productivos, cumplidores, justos, sinceros, autodisciplinados, conscientes, colaboradores y objetivos.
Cuando están mal son: justicieros, inflexibles, autoritarios, discutidores, criticones, intransigentes, obstinados, serios y poco caritativos.
Los perfeccionistas son preocupados y ansiosos. En sus relaciones destacan por ser inseguros y celosos. En la vida social tienden a adaptarse, aunque a veces se les acusa de inflexibles.
Algunos son relativamente desapasionados, en cambio otros son impersonales e indulgentes.
Fragmento extraído de El Eneagrama, de Renee Baron y Elizabeth Wagele
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