2012 ha sido un año marcado por la poca originalidad de las producciones estadounidenses, lo que sumado a la grave crisis económica que está afectando en este lado del charco al mundo de la cultura, podríamos decir que 2012 no será recordado cinematográficamente hablando, aunque quizás sea un año que marque mucho la temática de los filmes que vendrán, sobre todo los europeos.
Para empezar, abriré esta retrospectiva hablando de la que es la mayor fábrica de sueños de la historia del cine. Y es que si ya de por si Hollywood es la industria onírica por antonomasia, dentro de ella brilla con especial importancia la estrella de Walt Disney. Y son esos estudios y sus diferentes divisiones (Marvel, Pixar) los que en este 2012 nos han demostrado que son capaces de lo mejor y lo peor. Lo peor, claramente, John Carter. Una película de aventuras que pretende abarcar un espectro de audiencia tan amplio, que al final se queda en nada. Quien mucho abarca poco aprieta, y este es ejemplo más flagrante. Andrew Stanton, realizador de joyas animadas como Nemo o Wall-E, parece estar más perdido en Marte que el propio John Carter. Y aunque hay secuencias grabadas con acierto, la película adolece de un guión que nos recuerda por momentos a las peores partes de La amenaza Fantasma. Muchos se preguntan si quizás con un tono más oscuro y menos familiar, sin personajes secundarios tontorrones e infantiles, la película hubiera llegado a buen puerto, o por lo menos si habría amortizado en salas el su presupuesto, cercano a los doscientos cincuenta millones de dolares. El lado bueno es que ahora Disney tendrá mucho más cuidado al poner en marcha las nuevas películas de Star Wars, que al menos la primera dirigirá J.J.Abrams.
Y es que aunque la compañía del ratón Mickey haya perdido unos milloncejos con las fantasías marcianas de Carter, ha reventado las taquillas mundiales con Los Vengadores, así que lo comido por lo servido y todos contentos. El que más, Joss Wedon, director de la orgía de superheroes de la Marvel. Su tremendo éxito (vamos a decir de crítica y público, aunque más lo segundo que lo primero) le han convertido en el rey midas de las adaptaciones al celuloide de los proyectos Marvel de los que Disney tenga los derechos, reservándose el placer de poder meter mano en cualquiera de ellos, amén de asegurarse dirigir la ya segura secuela de Los Vengadores. Un dato de interés, solamente en salas ha superado los 1.500 millones de dolares.
Para acabar ya con la compañía del criogenizado magnate (no he podido resistirme), quería referirme a su última película animada, Rompe Ralph, de Rich Moore. Me parece de lo mejor que han hecho en años. La cinta está al nivel de Los Increíbles o Toy Story. Aunque no consigue alcanzar momentos tan plenos de películas como Up o Wall-E, es más familiar y entretenida que estas, que disfrutaban más los padres que los hijos. Además nos entrega a una de las parejas animadas más entrañables de la historia de la compañía, Ralph y Vanellope.
Otra de las grandes sorpresas del 2012 me la dio una película que, si bien podría haber estado producido por Disney, pero ha sido Paramount la que ha hecho posible el salto de Martin Scorsese al cine para todos los públicos. Hablo de La invención de Hugo, una de las películas más bonitas que he visto.Una cinta que reflexiona en el paso del tiempo, en no anclarse al pasado y vivir el presente, de que nunca es tarde para descubrir nuevas emociones. A los que nos gusta esto del cine, nos toca si cabe un poquito más. Quizás sea Scorsese uno de los directores vivos con más conocimientos de la historia del cine y eso, se nota mucho. Ambientada en el París de principios del siglo XX y basada en un relato clásico americano, La invención de Hugo deja claro el amor que siente su director por el séptimo arte.
Y moviéndonos tan solo un siglo, en la misma Francia, surge Intocable, el hito del cine galo para 2012. Con una cálida acogida en toda Europa, cuenta la historia de un acaudalado tetraplégico que contrata como asistente a un joven de color de los suburbios. La película es maravillosa. Lo mismo te puede hacer esbozar una leve sonrisa, reír a carcajadas o incluso derramar alguna lágrima. Y aunque la trama adolece de cierta simplicidad, la relación entre los protagonistas es el verdadero hilo conductor del film. La industria americana ya prepara el remake.
Una de las grandes decepciones de este año que dejamos atrás ha sido Prometheus. Creo que poca gente encontraréis a la que le haya gustado. La frase del cartel es algo así como: "Fueron a descubrir nuestro origen y lo que encontraron podría ser nuestro fin". Es irónico porque lo mismo podría aplicársele a su director, Ridley Scott. Fue a buscar su orígen y se ha pegado una hostia de la que no le será fácil reponerse. Aunque a lo largo de los años ha hecho muchas películas cuestionables, siempre se decía que su género era la ciencia ficción. Ahora ya no le salva ni eso.
Y de precuela infumable a un reboot igualmente fallido. The amazing Spiderman, de Marc Webb. Horrible además de aburrida, repetitiva y totalmente innecesaria de cabo a rabo. Con una secuela ya en marcha.
Y otro que parecía buscar sus orígenes y se ha quedado a medio gas es Tim Burton con Sombras tenebrosas y Frankenwinie. Con la primera intenta buscar un tono a medio camino entre el terror y la más pura comedia, intentando semejarse Bitelchus, aunque no consigue ni acercarse, a pesar del buen hacer de sus intérpretes, en especial Eva Green y Michelle Pfeiffer. En la segunda adapta a película stop motion de uno de sus primeros cortometrajes, con un resultado un tanto irregular, quedándose en otra mera postal del imaginario Burton.
Pero no todas las adaptaciones de 2012 se han quedado en agua de borrajas. Si ya sabidas son mis predilecciones por El caballero oscuro, la leyenda renace y Skyfall, otras películas palomiteras como la temprana Los hombres que no amaban a las mujeres, de David Fincher y la tardía El hobbit, de Peter Jackson me han causado una grata sorpresa. David Fincher parece ser otro de los que quieren volver sobre sus pasos, utilizando para ello, una historia oscura y de tono detectivesco, con claros parecidos por momentos a Seven o The game, películas que realizó en la década de los noventa, tras debutar en la gran pantalla con Alien 3.
Si soy sincero, El hobbit me ha gustado más que cualquiera de las entregas de El señor de los anillos. O por lo menos tanto como La comunidad del anillo, que es mi favorita de la trilogía, porque es más de aventuras y menos épica. He de reconocer que siento más predilección por la Tierra media de los corredores entre montañas, las oscuras cavernas y los bosques encantados que por las faraónicas secuencias de asaltos a castillos o las grandes batallas en campo abierto. Por esa razón, me quedo con El Hobbit y con unas ganas tremendas de ver por fin (y entero) a Smaug, pero para eso, todavía falta casi un año.
Y siguiendo con películas de corte comercial aunque menos inyecciones de adrenalina, Argo, de Ben Affleck, La vida de Pi, de Ang Lee y La mujer de negro, de James Watkins. Tres películas muy diferentes pero que han convencido a la mayoría de personas que las han visto. La película de Affleck, que si bien peca de poca profundidad en sus personajes principales, pone toda la carne en el asador a la hora de centrarse en la historia y mantener la tensión de la trama hasta el último momento. Además de arrasar en todas las antesalas de los Oscar (en los cuales creo que se va a llevar un batacazo), Argo está haciendo por fin que a Ben Affleck se le esté reconociendo como realizador el mérito que no encontró delante de la cámara dirigido por otras personas.
La vida de Pi es muy diferente. Una experiencia sensorial y mental única que se digiere con el tiempo. Es difícil asimilar plenamente todo lo que la película cuenta, porque habla de todo y a todos los niveles. Una preciosa metáfora de la vida, impregnada de realismo mágico que la hace entretenida en todo momento. Una de las pocas cintas interesantes, junto con La invención de Hugo, para ver en 3D.
La mujer de negro es un relato de terror gótico, producción de la mítica Hammer Films. Una película hecha a la antigua usanza, que recuerda a las películas de terror de los años 30 por su estética, tono y pulso. Protagonizada por un Daniel Radcliffe que poco a poco se va quitando el estigma del niño mago.
Una película que no sabría cómo calificar es Indomable, del siempre interesante Steven Soderberg (Ocean´s Eleven, Traffic, Che...). Yo la llamaría más que película, un ejercicio de estilo y forma. Dónde Soderberg (también director de fotografía en sus films) Un experimento de corte comercial, con un elenco de actores de primera fila que ejercen de secundarios, arropando a la luchadora y actriz Gina Carano, en una trama de espías repleta de puñaladas por la espalda. He de reconocer que cuando la vi me pareció muy interesante. Incluso me recordó a Hanna, de Joe Wright, una película parecida en cierto modo por temática y estilo e igualmente interesante y entretenida.
Dos de las grandes decepciones de 2012 comparten protagonista, Joseph Gordon-Levitt. Son Sin Frenos, de David Koepp y Looper, de Rian Johnson . Dos propuestas a priori interesantes pero que acaban naufragando estrepitosamente por el camino.
Para finalizar, Shame, de Steve McQueen una de esas películas que merecen una mención aparte. Una dicotomía de las relaciones entre hermanos, con unos soberbios Michael Fassbender y Carey Mulligan.
Vamos, que para mi, 2012 ha sido más un año de películas mediocres, salvado por unos pocos destellos de buen cine. Pero seguro que se me olvida alguna película, o no estáis de acuerdo con mi opinión. ¿Cuáles os han gustado más? ¿Cuáles menos? ¡Coméntanoslo!
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